Para lo único que no estamos preparados en la vida es para la muerte y menos para esas ausencias repentinas de personas que llegamos a querer de manera improvisada.
Gracias vida por dejarme conocer a Don Nicolas, no como hubiera querido, no como deseaba hacerlo. Si el destino hubiese jugado de manera diferente ya hubiera perdido a un segundo padre que la vida me habría regalado.
Mi Alma está rota.... pero él está descansando, él estaba triste muy triste y eso me partía porque no sabía que decir o que hacer para hacer mas leve su tristeza.
Lo visitaré por el camino de los Almendros al que un día me llevó, aquél en donde yacen los cuerpos de las personas que amamos.
Perdón por no llorar, intento no hacerlo, dicen que si lloramos no los dejamos ir tranquilos. Espero que del otro lado lo hayan recibido con mucha comida, mucha bebida, mucha música y sobre todo con mucho mucho amor...
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